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El artista Tomás Saraceno instala en la Torre Glòries de Barcelona su obra Cloud Cities Barcelona, una estructura que une arte, tecnología, ciencia y concienciación medioambiental.

Subir a la planta 30 de un edificio es más propio de metrópolis como Nueva York que de nuestra Barcelona. Sin embargo, la nueva instalación de Tomás Saraceno Clouds Cities Barcelona en la cúpula del Mirador Torre Glòries, reinterpreta el concepto de mirador convencional para convertirlo en un relato multisensorial e inmersivo.

El edificio que la alberga, esta fascinante obra que Jean Nouvel culminó en 2005, es un canto a una cálida verticalidad. En la cúpula de la torre, de formas redondeadas, uno tiene la sensación de poder acariciar las nubes a través de las ventanas, las mismas “nubes” o ”gotas de agua condensadas” que están suspendidas en el aire por miles de cables hechos a medida que forman parte de la instalación. Hay quien le recordará los frágiles hilos de las telas de araña, hay quien verá un laberinto suspendido del techo para deambular y perderse por unos instantes.

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Entrevista con Aleix Pratdepàua, director de Mirador Torre Glòries

Hablamos con Aleix Pratdepàdua, el director del Mirador Torre Glòries donde sostiene que los visitantes pueden recorrer libremente la estructura de 130m2 en la que encontrarán espacios para descansar con cojines y libros de arquitectura escogidos por el mismo artista.

La obra invita a mirar hacia el interior y el exterior y reflexionar sobre la esfera pública urbana, así como la crisis medioambiental. Clouds Cities es una experiencia única para observar Barcelona como nunca se había hecho.

Llucià Homs: ¿Cuál es la percepción que tienen los visitantes con la experiencia Tomás Saraceno?

Aleix Pratdepàdua: La experiencia Tomás Saraceno puede ser vivida desde dos posiciones: Por un lado, la mera contemplación de la escultura que es la más grande que Tomás ha construido permanente, el hecho de entrar aquí, en la planta 30 y ver las vistas de 360º de Barcelona al mismo tiempo, esto ya es una experiencia porque ya les entra el debate que no saben dónde mirar: ¿qué miro, Barcelona, la escultura? Y es un poco de apabullamiento. Por mera estética, la experiencia es positiva.

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Mirador donde se ve la escultura con un transitante en su interior y visto por otros visitantes desde abajo.

Por otro lado, el visitante puede transitar dentro de la escultura y hacer todo el circuito cruzando esta nube flotante Clouds Cities Barcelona de la cúpula de Torre Glòries. Quedarse en los espacios habilitados para sentarse, descansar y leer, donde se genera una zona de confort y que las personas sienten la sensación que están en un entorno ajeno, distinto, al límite de la zona de confort porque requiere unas agallas para entrar aquí, ver a tus pies a través de la escultura el hueco, el vacío, sí que requiere de cierta sensibilidad o atrevimiento.

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Interior Mirador Torre Glòries Cloud Cities Barcelona con zonas de descanso

L.H. ¿Cómo es la Barcelona que se ve desde el Mirador que realmente no se ve?

A.P. Desde el mirador Torre Glòries el visitante puede llegar a entender la ciudad como un ecosistema: “un sistema de sistemas, como un organismo vivo que está conformado por distintos elementos todos en una red de relaciones, intercambios, contactos, intersecciones… Un tapiz de interrelaciones donde todos los elementos configuran el ecosistema urbano de Barcelona”.

L.H. ¿Cuál es la relación entre este mirador con otros edificios de la ciudad? ¿Para ser más concreto, con un edificio tan emblemático como es La Sagrada Familia que parece que codee?

Es una relación indirecta, el arquitecto Jean Nouvel, padre de este edificio, estuvo influenciado por elementos de la cultura catalana como en uno de los campanarios de La Sagrada Familia de Gaudí y también de Montserrat, con estas formas que tiene la torre y que emulan directamente a las redondeadas formas de la montaña de Montserrat, referente de Cataluña. Asimismo, este dialogo va un poco más allá con esta escultura de Tomás Saraceno en la que también, uno de sus inspiradores fue Gaudí con todo este tejido de cables de acero que beben de todo el sistema de catenarias de Antoni Gaudí.

L.H. ¿Cuál es la singularidad que hace único a este mirador?

A.P. El mirador Torre Glòries quiere trascender del mirador convencional al que estamos acostumbrados. A través de un viaje por la exposición el Hipermirador Barcelona que está en el subsuelo de la torre, dota al visitante de unos elementos que le permiten obtener una óptica distinta de la ciudad:

«Abandona la mirada pasiva y contemplativa de los miradores convencionales para adoptar una mirada consciente y responsable del ecosistema que lo envuelve”.

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El aclamado artista Badalonés Joan Sallas creó 132 piezas de papel representando las especies que hay en la ciudad de Barcelona

El Hipermirador Barcelona está constituido por varias instalaciones donde arte, tecnología, ciencia y concienciación medioambiental dialogan al mismo nivel. Pretenden ser instrumentos que ayuden al visitante a comprender la ciudad como una telaraña, una red de puntos dispares, pero a la vez conectados. “En el prólogo del Hipermirador Barcelona hace una reflexión de los diferentes elementos que hay en la ciudad. Ningún elemento por separado te define la ciudad, son todos juntos los que dan identidad a este ecosistema que es Barcelona”.

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El proyector de gran formato con 27 metros de largo X 4 de alto nos descubre los diferentes tipos de atmósfera y en algunos casos en tiempo real.

L.H. ¿Qué nos dice Barcelona cuando la contemplamos des de este mirador?

A.P. La mirada que tenemos desde Barcelona es una mirada sobre el entorno global que tenemos como sociedad mundial hoy en día y los retos que estamos afrontando, no desde la individualidad del ciudadano, sino también haciendo referencia a un tejido de interrelaciones que tenemos que afrontar todos los seres humanos en los años venideros para decidir qué tipo de ciudad proyectamos hacia el futuro.

El mirador intenta dar unas pistas de hacia dónde puede ir la ciudad y tiene que ser el visitante quien las ponga a juicio y decida cuál cree que puede ser la mejor para esta. Son retos alineados con la Agenda 2030 de las Naciones Unidas en temas de sostenibilidad, habitabilidad de la ciudad, contaminación.

Desde el mirador se puede acabar generando la pregunta de:

“Esto es lo que tenemos hoy, a partir de estas vistas y esta mirada ¿Qué es lo que quieres para el futuro?”

L.H. Cambiemos el ángulo… ¿Cómo crees que Barcelona ve al mirador?

A.P. Barcelona ha cambiado la mirada de la torre. La torre era el elemento distintivo de la ciudad, formaba parte de su skyline. No obstante, era un edificio que, aunque era referente, estaba cerrado a toda la ciudadanía. El hecho de poder abrir la torre a través del mirador provoca que haya una simpatía con este edificio tan emblemático que esperamos que la gente termine haciendo suyo y me atrevo a decir, que por fin la ciudad de Barcelona, innovadora y creativa recupera con este mirador el latido creativo de la ciudad.

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Vista nocturna de la Torre Glòries Barcelona iluminada

El tiempo pasa rápido contemplando la Barcelona desde el cielo. La ciudad des de las alturas tiene algo de maqueta que la hace abarcable, y así la conjunción del mirador y la instalación de Saraceno insuflan al visitante una energía especial que le parece que con la visita la ciudad es un poco más conocida, un poco más suya. Y siente el privilegio de ver su querida Barcelona desde una óptica maravillosa como antes no la había podido contemplar.

Puedes adquirir las entradas en taquilla abierto cada día de 10 a 19:45, si bien es aconsejable adquirirlas con antelación a través de Internet www.miradortorreglories.com, reserva que es obligatoria para acceder a Cloud Cities. Los precios oscilan entre los 15 y los 25 euros.