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Hablamos con Pepe Barguñó sobre cómo nace Thinking Mu, qué valores hay detrás de la marca y cómo han logrado estar presentes en casi 30 países. También nos invita a reconectar con la esencia Mediterránea y un estilo de vida saludable donde la comunidad y la naturaleza son los pilares fundamentales.

Son las once y media de la mañana. Llegamos a Thinking Mu con la certeza de que ese espacio de diseño y comodidad solo puede generar una conversación fluida y amable. Pepe entra por la puerta, nos saluda y nos disponemos a sentarnos en el espacio circular que hay al final de la tienda. Un entorno que diseñó el arquitecto Isern Serra que respira diseño y arte, dos de los valores de esta marca de moda barcelonesa.
En la entrevista nos acompaña Bé, una border collin a la que es difícil no cogerle cariño. Pepe confiesa que va con ella a todas partes.

Hay muchas preguntas por delante: de dónde nace el impulso de crear una empresa en el competitivo mundo de la moda, cómo se logra crear la primera marca de moda española sostenible y qué valores rigen Thinking Mu. Acaban de inaugurar tienda en Madrid y próximamente lo harán en París. Hablamos de todo esto y mucho más en una conversación profunda donde la esencia de la marca está íntimamente conectada con la de toda una cultura: la Mediterránea.

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Tienda de Thinking Mu en Barcelona. Crédito editorial: Salva López.

¿Cómo se llega de formarse en sociología y botánica a crear una empresa?

Yo entro a la moda viendo la oportunidad de tener una plataforma con una capacidad de explicar muchas cosas. Además es algo que me gusta mucho, a pesar de que genera un cierto conflicto personal: me pregunto por qué me gusta esto con lo mal que se hace. A partir de ahí, con mi formación e interés por el mundo de la botánica y la sociología, fui tirando de una manera muy intuitiva. Ahora ese concepto tiene nombre: sostenibilidad, y ya no es un driver para una marca, sino que es casi una obligación. Sin embargo, en aquel momento teníamos que explicar qué estábamos haciendo.

Ambas disciplinas evocan cierta preocupación por cómo funciona la vida. ¿Siempre te ha interesado esa parte más profunda en todo lo que te rodea?

Esto es algo que he hablado bastante con amigos: cuando filosofas, vas dándole vueltas a cosas no tan cotidianas. Creo que todo el mundo tiene alguna vez una crisis personal: qué haces aquí, para qué sirves, al servicio de qué puedes poner tus talentos… En un momento de madurez, sobre los veinte y pocos, se te despierta esto, te enfadas con el mundo y quieres cambiarlo todo. Ese es un poco el inicio de esta protesta.

“Con mi formación e interés por el mundo de la botánica y la sociología, fui tirando de una manera muy intuitiva. Ahora ese concepto tiene nombre: sostenibilidad”

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Colección otoño-invierno 2024-2025 de Thinking Mu. Crédito editorial de la marca.

Venía de experiencias anteriores en el mundo del textil trabajando para otras marcas. A esto se sumó mi interés en viajar y conocer otras culturas, así como la valoración de la artesanía al servicio de un consumo más masivo. Todo ello empezó a dar sentido a lo que al final ha sido Thinking Mu.

¿Cómo fue ese inicio de Thinking Mu?

Primero empezó siendo Intrépida Mu, que era una marca enfadada con el mundo, igual que lo estaba yo. Sus lemas eran muy juiciosos y negativos, y la evolución ha ido haciéndose cada vez más comprensiva. Ese enfado lo dejamos a parte para empezar a explicar lo mismo de una manera mucho más positiva. Encontré en este proyecto un motor con el que levantarme cada día con mucha pasión y en el que las horas no contaban. En el 2007 sacamos nuestra primera colección.

A raíz de aquel momento y aprendiendo de los errores cometidos, Thinking Mu nace en 2010 como una marca muy positiva que habla de la sostenibilidad, el ecologismo y el comercio justo de una manera muy simpática.

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Tienda de Thinking Mu en Barcelona. Crédito editorial: Salva López.

Primero empezó siendo Intrépida Mu, una marca enfadada con el mundo, igual que lo estaba yo. La evolución ha ido haciéndose cada vez más comprensiva

Quince años después, estáis presentes en más de 20 países con ecommerce propio y marketplace. ¿Te esperabas ese salto?

Estamos presentes casi en 30 países, sobre todo gracias al canal de la tienda multimarca. El canal propio siempre es más complicado, aunque nos permite explicar mucho mejor quiénes somos.

Siempre había fantaseado con la idea de tener mucho talento a mi alrededor y poder delegar todas las ideas que tenía. Es muy bonito cuando de repente todo aquello que soñabas se te va sumando al camino y puedes contar con ello. Siempre he confiado mucho en mi capacidad pero sobre todo en mi intuición. Desde hace mucho tiempo hemos tenido una creencia muy firme en cómo iba a evolucionar la sociedad y el mundo, y eso no nos ha apartado nunca de nuestro camino. Eso no es fácil de sostener, porque no se trata de surfear una ola sino que la estás creando. Todo el mundo que se ha ido incorporando al proyecto lo ha hecho con todo el alma.

“Thinking Mu nace en 2010 como una marca muy positiva que habla de la sostenibilidad, el ecologismo y el comercio justo de una manera muy simpática”

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Colección otoño-invierno 2024-2025 de Thinking Mu. Crédito editorial de la marca.

¿Qué valores son el alma de vuestra marca?

Definimos Thinking Mu como «A contemporary Mediterranean brand with a twist», y para mí la define la esencia de la cultura Mediterránea, que siempre ha sido la salud, vivir fuera, los días largos, ver el sol y saludarlo, el agradecimiento, la comunidad y un ritmo de vida coherente. Para mí el respeto a la gente de tu entorno significa lo mismo que la sostenibilidad y la relación con tus proveedores; es un valor universal. Todo eso se resume muy bien en la idea que tenemos de empresa.

Nos sentimos muy cómodos bajo esa filosofía: porque lo somos, porque lo practicamos cada día y porque nuestras familias nos lo han enseñado desde hace muchísimo tiempo. No es ser mediterráneo como una herramienta de marketing sino como una esencia que nos lleva a un montón de valores que compartimos y en los que nos sentimos muy cómodos. Hemos nacido en una cultura que tiene todo esto. ¿Por qué no vamos a fomentarlo y explicarlo?

Evidentemente la globalización y el mix cultural siempre es bienvenido y ha transformado de alguna manera las culturas locales, pero creo que en la Mediterránea sigue habiendo muchas cosas que se mantienen en el tiempo y que las sentimos de verdad en nuestros pueblos y en toda la geografía, tanto en el interior como en las zonas de mar.

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Colección Flowers to the People, elaborada con pigmentos totalmente naturales. Crédito editorial de la marca.

Además, hay otras cosas que nos mueven muchísimo, como es el mundo del arte y la música con la iniciativa de Thinking Music Festival. Nos consideramos una marca muy arty tanto a nivel de fotografía, música, ilustración… Incluso en los tejidos y las texturas que creamos. Controlamos el cáñamo, el tejido, el tinte biodegradable… Y evidentemente el print y el estampado. Todo ello nos implica mucho tiempo pero a la vez un conocimiento que nos permite ser bastante singulares en las creaciones.

“El lema de la marca es A contemporary Mediterranean brand with a twist, y para mí la define la esencia de la cultura Mediterránea, que siempre ha sido la salud, vivir fuera, los días largos…”

¿Conocéis la procedencia de los materiales con los que trabajáis?

Sí. Nosotros le decimos a nuestros proveedores de prenda final dónde han de comprar esa fibra o hilatura. Entramos hasta ese punto de elegir los hilados.

Aparte de los tejidos orgánicos, ¿qué otro tipo de materiales estáis usando para sustituir las materias primas?

Lo máximo a lo que podemos aspirar es a reducir, porque somos conscientes de que robamos al suelo energía, fibra y recursos. La forma en la que puedes devolverlo es mediante proyectos regenerativos, con los que compensamos el impacto.

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Colección otoño-invierno 2024-2025 de Thinking Mu. Crédito editorial de la marca.

Centrándonos en los tejidos, lo primero que pienso es que si tengo que compensar, mejor empiezo a reducir lo que extraigo de la tierra. Por ejemplo, el cáñamo se utiliza para distintas aplicaciones y no necesita agua ni pesticidas. Además, es una planta que compacta mucho CO2 durante su vida. Y es una de las que vimos que nos puede funcionar para ese objetivo.

Promover el talento local y generar vuestra propia red es uno de los propósitos de la marca. En este sentido, ¿qué iniciativas tenéis pensado llevar a cabo a corto-medio plazo?

Nos estamos aliando con otras empresas para futuros proyectos regenerativos, pero es algo de lo que aún no quiero hablar mucho.

“Lo máximo a lo que podemos aspirar es a reducir, porque somos conscientes de que robamos al suelo energía, fibra y recursos”

Hoy en día el término ‘comunidad’ es bastante interesante. La comunidad de las nuevas marcas es digital. Sin embargo, en nuestro caso, tanto por origen propio como por sensibilidad y generación, no somos una marca capaz de crear muchísima comunidad digital. Queremos una comunidad, pero diferente: a través de eventos locales y dinámicas más auténticas que permitan el contacto.

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Colección otoño-invierno 2024-2025 de Thinking Mu. Crédito editorial de la marca.

Claro que tenemos una comunidad digital, pero no somos esclavos de un logo. Por lo tanto, la gente valora lo que hacemos y cómo lo hacemos, y no tanto la tribu de pertenecer a un grupo u otro. Ese es nuestro modelo, y por suerte vemos que hay mucha gente que nos entiende. Creo que el futuro de las empresas es buscar un bien común juntando sus problemas, más allá de encontrar su objetivo.

Hablando de lo local, ¿crees que tu relación con el Empordà te ha influido en la forma de trabajar y concebir los proyectos?

Totalmente. Somos fruto de nuestros hábitos: tanto de aquello que han hecho con nosotros antes de que podamos tomar decisiones como de las elecciones que hemos tomado en cuanto a de qué y de quién nos rodeamos. Para mí ha sido una elección el estar lo máximo posible en el campo.
Aun así, no me olvido de que la empresa requiere de mi presencia constante aquí en Barcelona. Por suerte tenemos una ciudad maravillosa, pero necesito mucho más verde y menos ruido; momentos de aburrirme y de calma.

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Pepe Barguñó en una de sus zonas favoritas: el Empordà. Imagen cedida por Pepe.

¿Qué te inspira más allá de esa naturaleza?

Le doy muchas vueltas a la cabeza, pero me inspira mucho descubrir documentales, la creatividad, los libros y hablar con gente a la que respeto muchísimo. También me inspiran mucho las charlas con mi pareja. Y mi perra, que viene siempre conmigo.

¿Cómo te ves a ti mismo y a Thinking Mu en 15 años más?

Fantaseo con que sea una marca global en el sentido de que no haga solo ropa: que se adentre en proyectos de agricultura y logre que la gente cambie la percepción de lo que es una marca. Intento que así sea.

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El lado más personal…

 

Cuál es el estilo que más te gusta?

El minimalismo en general.

Un artista en concreto

Mi pareja.

¿Coleccionas algo?

No.

Un país al que volverías 100 veces

A Costa Rica. Y aunque no sea un país, a Formentera, porque soy de allí.

Un viaje pendiente

Volver una y otra vez a Japón. Y la Patagonia.

Un hábito diario

Mi café de la mañana.

Un hobbie

Correr.

Un color

El azul.

Helena Moreno

Periodista cultural de Barcelona. He colaborado en medios como El País y Exit Media. Me interesa el arte, el diseño, la gastronomía y descubrir lugares singulares; entre ellos hoteles.